Para responder a las preguntas que te inquietan
El más grave de los problemas detectados en las relaciones entre escolares, en función
de sus consecuencias y extensión, es el acoso (bullying):
1) Se produce en una relación de desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima.
2) Se repite y prolonga en el tiempo.
3) E incluye conductas de diversa naturaleza (no solo agresiones físicas sino también
agresiones verbales e indirectas).
En la última década se han producido dos cambios que amplían esta definición, al incluir
las modalidades de acoso que se producen hoy a través de las nuevas tecnologías y entender
que no es solo un problema entre individuos (acosador y víctima), puesto que en
él intervienen también las personas que con ellos interactúan, especialmente el grupo de
iguales en cuyo contexto se produce, por lo que debe ser evaluado como parte de dicho
problema y de su solución.
La victimización es mayor en la adolescencia temprana que después, situándose su máxima
frecuencia en torno a los 13 años. La conducta de acoso también se incrementa de 11-13
años, manteniéndose bastante estable en los años posteriores. Diferencias que han sido
explicadas como consecuencia de los cambios de la pubertad, así como por la función que el
acoso puede cumplir para el establecimiento de las jerarquías de dominancia en los nuevos
grupos producidos por las transiciones escolares, como la que coincide con los 12-13 años,
al iniciarse la educación secundaria.
El riesgo de ser elegido como víctima en la escuela se incrementa con:
Las conductas o características que contrarían los estereotipos sexistas tradicionales, que hacen al individuo
diferente de sus iguales. Con el acoso se castiga al individuo que no
actúa según lo que el grupo considera aceptable para cada género. Parece ser éste el tipo de
diversidad que caracteriza a un mayor número de víctimas.
La pertenencia a una minoría étnica y el origen inmigrante incrementan el riesgo de victimización,
sobre todo cuando existen diferencias importantes entre el propio grupo y el grupo dominante, no se
domina la lengua del país así como con otras variables que sitúan al grupo minoritario en desventaja
tal como ésta es percibida por quienes acosan. Problema que se incrementa cuando existen tensiones y
confrontación intergrupal en el entorno que rodea al escolar o en el conjunto de la sociedad.
Tener necesidades educativas especiales aumenta el riesgo de victimización. Suele explicarse aludiendo
a que incrementan la visibilidad del individuo como alguien vulnerable, característica que permite ejercer
fácilmente el dominio.
Fuente: María José Díaz-Aguado Jalón et al.: El acoso entre adolescentes en España : prevalencia, papeles adoptados por todo el grupo y características a las que atribuyen la victimización
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